lunes, 17 de noviembre de 2014

"Como lo cuenta mamá"

Voy a contaros el cuento de “Los tres cerditos y el lobo” tal y como yo se lo contaba a mis hijas cuando eran pequeñas.      

                   
    HABIA UNA VEZ tres cerditos que se fueron en busca de un lugar donde vivir. 

    Caminaron,… caminaron…. y caminaron.

    Cruzaron extensos valles, caudalosos ríos, ciudades y pueblos pero ningún lugar les gustaba lo suficiente para quedarse a vivir.

    Después de muchos días de largo viaje, los tres cerditos llegaron a los Picos de Europa. Desde lo alto de la montaña, miraras donde miraras todo era de color verde y si guardabas silencio, podías oír los sonidos de la naturaleza.

                                  –  Aquí, aquí – dijo el cerdito Ángel- este es un lugar estupendo para construir nuestras casas. 

             –   Es maravilloso, nos quedaremos para siempre – aplaudió entusiasmado el cerdito Pepe. 

   El cerdito Paco, ni contesto, estaba demasiado cansado y demasiado hambriento (os contare un pequeño secreto del cerdito Paco, siempre estaba demasiado cansado y demasiado hambriento, la verdad es que era un poquito perezoso). 

    Al día siguiente se pusieron a trabajar.

    Cada cerdito se fue en busca del material necesario para construir su casa.

    A medio día, el cerdito Pepe ya había conseguido muchas ramas de robles, de castaños, y hasta de avellano. Tenía lo suficiente para empezar una bonita cabaña de madera. Busco un zona llana y empezó a medir y a serrar.

    Con el ruido de la sierra, el cerdito Paco se desperto.

                         –  ¡Uf!, que tarde se me a echo. He dormido demasiado, (siempre
 dormía demasiado).

         Para que los otros cerditos no le llamaran perezoso, Paco se fue 
     corriendo hasta la orilla del rio, en busca de cañas, juncos y alta hierbas 
     con las que construir su casa. Antes de que nadie se diera cuenta, ya 
     estaba "manos a la obra". 

    No fue casi hasta bien entrada la tarde cuando el cerdito Ángel pudo
 empezar a construir la suya. Claro que el cerdito Ángel, se había pasado
 toda la mañana buscando y transportando pesadas piedras para
 construirla.

    Durante el día, cada cerdito trabajaba en su casa. Por la noche los 
tres se juntaban alrededor de la hoguera para contar historias, cantar
y divertirse.

   A finales de octubre las casas estaban terminadas. Los tres cerditos
estaban tranquilos y eran muy felices. 

   No sospechaban, que tras unas peñas,hacía tiempo, les observaba, 
el SR.LOBO.

   El viejo SR.LOBO vivía solo en las montañas, alejado de su manada.
Pronto llegaría el duro invierno y tenía mucha hambre.

 Una mañana, muy temprano, se acerco sigilosamente a casa de Paco,
miro por la ventana y vio que dormía plácidamente.


                                   –   ¡Hummmmm! – se relamió el SR. LOBO mientras empezó a coger
     aire hinchando sus pulmones hasta que no pudo más y…………. 
     FIIIUUUUUUUUUUUU  soplo y soplo  y la casita de Paco voló. 

  Asustado y en pijama, el cerdito Paco corrió a casa de Pepe.

                                    –  ¡Aaabremeee, abremee ¡ - gritaba Paco golpeando la puerta.

   Rápidamente, Pepe salto de la cama y abrió la puerta sin comprender
 que pasaba.

                                   –  Me persigue un lobo, me persigue un lobo –no dejaba de repetir 
     el cerdito Paco, muy asustado, mientras cerraba la puerta y la
     sujetaba con la espalda.

                                   ¿Un lobo? – exclamo sorprendido Pepe – si no hemos visto 
     ninguno por aquí.

                                    Un lobo, estoy seguro que era un lobo.
     
 En ese mismo instante un terrible sonido le dejo mudos.

                  FFFIIIIIUUUUUUUU, FFFIIIIIUUUUUUUU – soplo el lobo.

                                    ¿Qué es eso? – se pregunto Pepe mientras miraba asustado por
    la rendija de la puerta.
                                   FFFIIIIIUUUUUUUU, FFFIIIIIUUUUUUUU – soplo, soplo,
    soplo y resoplo con todas sus fuerzas. 

       Y mientras el lobo volvía a coger aire para hinchar más y más sus
    pulmones.

      Paco y Pepe salieron corriendo por la puerta trasera de la cabaña 
   hacia la casa del cerdito Ángel.

                    FFFFFIIIIIUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU – y del 
   último soplido,la cabaña de Pepe por los aires voló.

    Escondidos entre los matorrales, los dos cerditos huyeron sin
 atreverse a mirar atrás.

    Cuando llegaron a casa de Ángel, golpearon la puerta tres veces, 
como era costumbre entre ellos para no abrir a los desconocidos, y el 
cerdito Ángel que era muy madrugador abrió a sus amigos con la
intención de invitarlos a desayunar, pero…

                                   ¿Qué os a pasado, parecéis asustados?.

                                  ¡Calla!, ¡calla y cierra la puerta! –dijo con la voz temblorosa 
    el cerdito Pepe – ¡nos persigue un lobo!. Y antes de que pudiera terminar
    interrumpió Paco.

                                 Es un lobo enorme y poderoso, con solo soplar a volado
   nuestras casa, ¡estamos perdidos! , ¡nos comerá!.

  De pronto el bosque se quedo en silencio, no se oía ni en viento, 
  ni los pájaros.

  NADA.

  Solo un jadear ronco y muy seguido.

  El cerdito Pepe, que estaba más cerca de la ventana, asomo el 
rabillo de ojo.

                                 ¡Está  ahí!, ¡ésta ahí!- susurro con la voz entrecortada.

                                 ¡JA, JA, JA, JA! – La risa del lobo era tan espeluznante que 
    los tres cerditos se quedaron inmóviles pegados a la pared sin poder
    hablar y casi sin respirar. 

                                 ¡Ya sois míos!, ¡ja, ja, ja,ja!. Y empezó a coger aire, hinchando
   sus pulmones hasta que no pudo más. - FFFIIIIUUUUUUUUUUUUUU
   UUUUUUUUU - fue tan grande el soplido del SR.LOBO que todos los
   arboles de los alrededores se inclinaron hasta casi tocar el suelo. 

   Pero la casa del cerdito Ángel, que era de piedra, ni siquiera lo noto. 

   Enfurecido el SR.LOBO y viendo que la casa no se movía, pateo el suelo
hasta hacerlo temblar, AUUUUUUUUUUUUUUUUU- aulló como nunca 
lo había hecho.

   El SR. LOBO intento llenar sus pulmones cogiendo todo el aire que pudo,
soplo con todas sus fuerzas – FFFFFFIIIIIIUUUUUUUU- y volvió a
 soplar- FFFIIIUUUUUUUUUU- y soplo una vez mas – FFFFFFFFIIIIII
IIIUUUUUUUUUU- y soplo hasta que no pudo mas.

   Cayo derrotado y sin fuerzas y se puso a llorar.

   Los cerditos que oyeron llorar al SR.LOBO, sintieron lastima y aunque 
algo temerosos abrieron la puerta y se acercaron.

                                    ¿Por qué lloras, SR.LOBO? – le pregunto el cerdito Ángel.

                                     Estoy hambriento y estoy solo – respondió el SR.LOBO, 
    enjuagándose las lagrimas.

                                  Pero, si tienes hambre nosotros podemos ayudarte, ¿quieres un 
    chocolatito con churros? lo estaba preparando para desayunar, justo
    cuando llegaste, hay suficiente para los cuatro.

           – Pero, ¿no me tenéis miedo?- respondió algo asombrado por
    la invitación.
  
                – ¡Nos distes un buen susto!- exclamo el cerdito Paco- pero no creo
    que seas tan malo.

                  – Si prometes no volver a asustarnos, puedes venirte a desayunar 
   con nosotros siempre que quieras – le dijo Pepe.

               – Puedes venir a desayunar y también a merendar, soy muy buen
    repostero – añadió el cerdito Ángel.

      A partir de aquel dia, el SR.LOBO bajo todas las mañanas a desayunar
  el chocolate con churros con los tres cerditos. Y cuando el invierno
  cubrió de nieve toda la montaña, el SR.LOBO paso los días junto a los
  cerditos calentándose en la chimenea, contándoles increibles historias
  de sus tiempos de juventud, cuando todavia era el jefe de su manada.

                           Y COLORÍN COLORADO
                           ESTE CUENTO SE HA ACABADO
                           Y ASI MAMÁ 
                           NOS LO HA CONTADO.
    


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